SENDA COLGADA de ESCUAÍN, sobrevolando la morada del quebrantahuesos

Desnivel: +/- 400 m | Distancia: 11 km

El valle de Escuaín es probablemente el sector más desconocido de los que forman el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Agreste y salvaje, permite todavía realizar interesantes rutas lejos de las aglomeraciones que se producen en determinados momentos del año en otras áreas del parque.

En este itinerario podremos disfrutar de un paisaje que nace de la combinación de bosques mixtos de haya, abeto, pino y boj, con escarpados entornos kársticos, y prados alpinos. Estos últimos son el producto de los usos ganaderos por las gentes de este valle, que durante siglos supieron explotar de manera equilibrada y sostenible los recursos que les brindaba una naturaleza bravía pero rica.

La primera parte de nuestra ruta nos lleva por la Senda Colgada, que, aprovechando los balcones naturales, fruto de la erosión de rocas de diferentes durezas, nos asoma a la majestuosidad de un valle excavado por el agua a lo largo de miles de años. Podremos reconocer rasgos de la formación de estas montañas a lo largo de la historia geológica que se extiende a lo largo de cientos de millones de años atrás.

Una vez en la parte alta del valle el paisaje cambia radicalmente. Si en la primera parte nos acompañó el bosque denso, aquí entramos en las praderas de montaña, donde aún podemos ver pastando algún rebaño de vacas, testimonio vivo de un pasado no tan lejano, donde la vida y la subsistencia de las gentes de Escuaín dependió en gran medida de las actividades pastoriles.

Estamos en los dominios del quebrantahuesos y el buitre leonado, y en esta parte alta es muy frecuente avistarlos, mientras tomamos reposo antes de seguir nuestro camino. Para el último tramo de nuestra etapa, una cómoda pista nos lleva de regreso hacia el pueblo donde empezamos nuestra andadura.